de Cabreos y Devaneos

CLASE BUSINESS


Cada cual empieza el día como quiere, y salvo el cumplimiento puntual de las necesidades fisiológicas que a todo el mundo nos son comunes en la primera media hora de la mañana, hay quienes se levantan con tiempo suficiente para repararse de chapa y pintura lo mejor que pueden, quienes se hacen los remolones y terminan por salir escopetados con la aguja del reloj pegada al culo, las legañas a los párpados y el zapato al acelerador; y quienes como yo, repasamos atentamente los periódicos digitales antes de poner un pie en la calle, porque no entendemos enfrentar el día sin conocer los sucesos que adornan nuestra realidad cotidiana.

Pues en esas estaba sobre las siete y media, cuando al leer la noticia se me cayeron los huevos al suelo. El derecho, lo vi desaparecer dando saltitos y tuve que recogerlo tres metros más allá, bajo una librería. El izquierdo, apunto estuve de pisarlo en el intento de recuperar al primero. Un despropósito para alboradas que ya despuntan con calorcito, mientras se despereza por el balcón la primavera.
La noticia en cuestión, venía a decir que los Eurodiputados españoles no están por la labor de renunciar a la business class en sus vuelos profesionales a Bruselas. La idea de pasar a asentar sus excelsas posaderas dos filas más atrás de donde se cierra la cortinilla y no llegan los periódicos de la mañana ni las atenciones solícitas de las azafatas de turno, es una putada como la copa de un pino para estos señores de tan altas pretensiones.
Uno, puede darse cuenta de inmediato que no sólo son las triviales comodidades de asiento ni los bocadillos con rioja a lo que renuncian estos tipos. Hay algo más y necesariamente me viene a la cabeza el ego. Porque no es lo mismo dormitar frente a la puerta de embarque como cualquier mortal que trajina con su trolley un viernes por la tarde, que hacerlo en la Sala Vip del aeropuerto en donde distendidamente se cocinan los políticas comunitarias. Una sala para gente bien en donde pasean de la mano, el palmito y los lingotazos de escocés de malta mientras se discuten el rescate de Portugal o las directivas medioambientales y al tercer vaso, empiezan a importarles un pimiento el retraso de los vuelos, la subida de los tipos y si mucho me apuran, hasta las huelgas de controladores.

Por lo tanto, no vayan a creerse ni por un momento la razón esgrimida por los europarlamentarios a la hora de votar en contra de que les chuleen las prebendas por capricho de un grupo de comunistas nórdicos – hay que joderse con los rojos – . El argumento de la gratuidad y facilidad para los cambios de vuelo por razones de agenda, cuando los lunes se emprende el tajo a la hora en punto y los viernes hay ostias para volver a casa cuanto antes, no es creíble y ni mucho menos, justifica tal dispendio.

Tendrán por tanto, que inventarse estos fulanos un nuevo cuento, o aterrizar de una vez por todas en el continente de la crisis.
En pocas palabras: si quieren viajar en business para ser admirados y valorados, tendrán que pagarse el suplemento de su peculio particular y si no, ya saben: ajo y agua que las mariscadas solo son para los ricos; y éstos de momento, no pasan de pobres funcionarios de pincho y caña.

© Vicente Puchol Mora 2010.

Clase Business (PDF)

abril 10, 2011 - Posted by | Devaneos

1 comentario »

  1. Ciertamente sorprende y asquea la negativa de esta gente, que sólo rectifica su voto tras el vapuleo que se les dio en la red. Cuando de lujo y egocentrismo se trata no hay rojos ni azules, todos se vuelven de un mediocre marrón caca que da náuseas. Que tal y como va el mundo hoy en día estos politicuchos pretendan seguir despilfarrando nuestro dinero por reclinar un poco más su sillón me produce tristeza, más que cualquier otra cosa. Hablamos de vuelos por debajo de las dos horas de duración, no de dar la vuelta al globo. Y no pedimos que den ejemplo, a mí esta gente no me puede dar ejemplo de nada. Pedimos que usen nuestro dinero, de todos los contribuyentes, trabajando.

    Comentarios por soniagrua | abril 11, 2011


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